Diversidad cultural

- © S. Rothe
La cultura, en su rica diversidad, posee un
valor intrínseco tanto para el desarrollo como
para la cohesión social y la paz.
La diversidad cultural es una fuerza motriz del
desarrollo, no sólo en lo que respecta al crecimiento
económico, sino como medio de tener una vida
intelectual, afectiva, moral y espiritual más
enriquecedora. Esta diversidad es un componente
indispensable para reducir la pobreza y alcanzar la
meta del desarrollo sostenible, gracias, entre otros,
al dispositivo normativo, hoy día ya completo, elaborado en el ámbito
cultural.
Simultáneamente, el reconocimiento de la diversidad cultural – mediante una
utilización innovadora de los medios y de los TIC en particular – lleva al
diálogo entre civilizaciones y culturas, al respeto y a la comprensión mutua.
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